La mesa de trabajo.
Ya empezamos el pintado. ¿Qué es lo que tengo que tener a mano? Lo ideal es tener un sitio fijo que te permita pintar en menos de cinco minutos, de otro modo dará pereza sacarlo todo y guardarlo todo de nuevo. En pintura si no se trabaja un día se pierde mano, mejor es quince minutos cada día que varias horas el fin de semana.
Pinturas. Se componen de pigmento (lo que da el color) y diluyente (lo que hace que no sean polvitos, sino algo líquido). Es bueno escogerlas de antemano y que sean muchas para evitar tener que hacer mezclas continuas, si bien se pueden obtener todos los colores desde el azul, rojo, amarillo, blanco y negro esto llevaría demasiado tiempo y complica el conseguir el mismo tono de color. Separa las que uses de tu colección para que no te confundas con otros tonos de color similares. Sobre marcas, según gustos. Workshop es más espesa y seca antes, pero a veces conviene mezclar con agua o con diluyente. Gamecolor es más líquida, seca más lentamente y a veces no cubre bien el color de las capas de pintura anteriores. Modelcolor es menos resistente al roce y suelen desconcharse si usamos las miniaturas para jugar. Escoge las pinturas que más a gusto te hagan pintar y trata de que tengan acabado mate: tanto en GC como workshop hay algunas con brillo, si te pasa eso, recurre a la otra marca. Por la cobertura que tienen en cuanto a mayor cantidad de pigmento es mejor el metálico de workshop. Las tintas (“ink” o “wash”) son pigmentos muy concentrados y aguados para que se puedan hacer lavados (ver abajo), no son necesarias si sabemos mezclar bien la pintura acrílica normal con agua. Cuidado con las tintas que sean brillantes y no mate.
Agua. Emplea un vaso o dos para aclarar los pinceles, que sean transparentes para comprobar que el agua no está demasiado cargada de pintura (si pintas con blanco y el agua está sucia de rojo, estarás pintando con rosa), si es así cambia el agua. Agua tibia para no estropear el pincel. El agua caliente desencola las cerdas. No enjuagues el pincel con pintura acrílica en el mismo vaso que la pintura metálica. La pintura metálica tiene limaduras de metal, si se mezclan parecerá que pintamos con purpurina.
Paleta para mezclas. Una superficie blanca (para ver mejor el resultado de la mezcla) y lisa a ser posible, poco porosa y sin suciedad. Vale un azulejo, un plato... Trata de que sea ancha para no mezclar colores sobre mezclas anteriores aún no secas. Que no sea porosa, porque de otro modo absorvería la pintura. Alguna posibles paletas son platos de plástico (como los que se usan para los panchitos en los cumples de los nenes), un plato de cerámica viejo (o uno nuevo que sea feo y no saques a los invitados cuando comen en casa), un cenicero... etc. Hacer una paleta húmeda, que permitirá tener la pintura durante horas y horas en buenas condiciones para pintar, casera es fácil y barato. Necesitamos papel de cocina, papel cebolla y nuestra superficie de paleta habitual, que debe ser un poco aconcada. Se pone el papel de cocina sobre la paleta, se le vierte agua de modo que lo absorva pero no lo empape desbordando, y luego se sobrepone el papel de cebolla (cortando si es necesario) para que entre en contacto con el papel de cocina. Usadla, cuesta unos 20 ctms. y hará que dure horas y horas la pintura fresca.
Papel de cocina. Para secar el pincel. El papel de cocina absorbe muy bien el agua y no se pega al pincel como el papel higiénico (esto es porque las fibras se deshacen con el agua, qué pasa, sí, lo he probado). El periódico puede correr la tinta sobre el pincel y el folio en blanco no absorve. El papel de cocina también será útil para una técnica llamada pincel seco (ver abajo).
Folio en blanco, como banco de pruebas. El blanco del papel nos hará ver el tono exacto de la pintura que hemos mezclado, también podemos probar la cantidad de agua que ha absorvido el pincel o la cantidad de agua que tiene la pintura.
Luz. Prueba que la visibilidad sea buena y que la luz sea lo más natural posible. Si pintas con una luz amarillenta la percepción de los colores tomará esa tintura. Si por ejemplo colocamos amarillo junto a una luz roja, nuestra percepción nos dice naranja. Si puedes pintar con la luz del sol, mejor (aunque esto calienta las pinturas y hace que se sequen y espesen rápido, porque el sol además de iluminar, da calor). Te recomiendo un flexo de los llamados de dibujo o arquitecto, así podrás acercar o alejar el foco de luz, y que sustituyas la bombilla por una de las llamadas de luz natural, son azuladas por el aspecto externo, brillan que da gusto y cansan menos la vista.
Pinceles. Variedad, es la clave. Usa un pincel más grande para una superficie que quieras pintar mayor y, correspondientemente, un pincel más pequeño para superficies menores. Esto es porque el pincel pequeño para la superficie grande hace que se vean los trazos y que la pintura pueda quedar poco homogénea y porque el pincel grande para superficies pequeñas no da la misma precisión. Si sintéticos o de cerda de marta rusa, es al gusto. Los sintéticos tienen las cerdas más rígida y a veces es complicado que se amolden a la superficie a pintar, aunque vienen muy bien para técnicas como el pincel seco. Los pinceles de marta duran más, son más suaves al trazo, y toman mejor la pintura. Para usarlos bien no hagas que la parte metálica donde están sujetas las cerdas toque la pintura, porque terminan abriéndose como un cepillo de dientes viejo. Mira que esté bien afilado y que no haya cerdas que queden fuera de la punta. Para “afilar” el pincel hay quien lo introduce entre los labios y presiona un poco, cuidado que la pintura no sea tóxica, que esté bien aclarado el pincel, etc.; otros hacen girar entre los dedos friccionando suavemente en el folio blanco, cargado o no de pintura. Toma la pintura con la punta, comprueba en el folio en blanco el espesor, consistencia y tono de la pintura, aplica en la miniatura hasta que no quede pintura o que no corra fluidamente, enjuaga en el vaso de agua, seca, toma pintura con la punta...
Superficie de pintado. Cúbrela con papel de periódico para no cargarte los muebles, quédate firme (nada de mesas con la pata coja) y sentado (tampoco en la cama que rebotas). Que sea lisa y quepa todo el material de trabajo. Siéntete cómodo, que la miniatura sea fácilmente visible, que no estés encogido y que no te cause problemas de espalda. Un escritorio es muy recomendable. No uses sillas giratorias, que pueden moverse sin querer y darte un disgusto. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario